Totalmente Poseídos por el Rocanrol: La Renga detonó el Estadio Único

Más de 50,000 almas colmaron el Estadio Único Diego Armando Maradona para ver a la banda de Mataderos, en el inicio de la gira “Totalmente poseídos”.

Por Fernando Burruso.

Foto: La Renga.

Desde temprano las calles de la Ciudad de La Plata se convirtieron en un gran banquete rengo. La previa se organizó en la rambla de la avenida 32. Cuadras y cuadras de gente cantando los temas que suenan en los autos, parrillas por doquier, puestos con remeras, camperas, banderas y todo tipo de merchandising de la banda le ponen un color especial al entorno. Los vecinos de la zona aprovechan para vender viandas, bebidas y hasta para alquilar el baño. Dentro del estadio, la música la ponen las torres de sonido. El público baila, hace pogo y disfruta al ritmo de Callejeros, los Redondos, Pappo, Manal, entre otros.

Cerca de las 10 de la noche se apagan las luces, y las pantallas comienzan a proyectar imágenes de “Totalmente Poseídos”, la película-documental recientemente estrenada en los cines del país. A tono con la temática rutera de la película, Chizzo, Tete, Tanque y Manu arriban al escenario en un triciclo motorizado y dan inicio al show con uno de los temas nuevos: “Buena Ruta Hermano”, que a pesar de ser su debut en vivo, tuvo el acompañamiento de la gente en el estribillo. Sin dudas el tema que más gustó entre los nuevos. Continuando con la temática rutera, le siguió “Motoralmaisangre”, tema dedicado a la histórica Nelly, la primera mujer en la Argentina que sacó el registro y recorrió el país en dos ruedas. Chizzo saluda al público, le agradece por agotar las entradas y continúa a puro clásico: “A tu lado” y “A la carga mi rocanrol”.

El escenario es realmente imponente: Más de 400 personas trabajaron durante dos semanas en el armado de la estructura situada en el centro del campo, con cuatro pantallas y dos torres de sonido en cada una de sus cuatro caras, y una batería giratoria para el Tanque. Tete corre de un lado a otro por todo el escenario y Chizzo va rotando por los 4 micrófonos para que todos lo puedan ver. Hay que recordar que La Renga ya había utilizado este tipo de escenario en “El ojo del Huracán” en 2004 y en una doble fecha en este mismo estadio, allá por 2007.

La noche continúa con temática rutera y suena “Nómades”, seguido de “Buena pipa”, ambos temas un poco más “tranquilos”, donde la gente aprovecha a tomar un poco de aire y descansar las piernas. Pero el respiro dura poco y el pogo vuelve con “Tripa y corazón”, seguido de “Parece un caso perdido”, tema del último disco “Alejado de la Red” que supo ganarse su lugarcito fijo en los shows de la banda. Le siguen tres hits noventosos, “Cuándo vendrán”, “Bien alto” y “En el baldío”.

El segundo estreno de la noche vino de la mano de “Ese lugar de ninguna parte”. Mientras tanto, las pantallas muestran imágenes de los hermosos paisajes de Tafí del Valle (Tucumán), una de las tantas localidades que recorrió la banda durante su película documental. Chizzo hace sonar un acorde al aire y el público empieza a abrir rondas de pogo porque sabe que se viene “El twist del pibe”. La gente canta los primeros versos del tema y explota con el solo de saxo de Manu Varela en un pogo infernal.

El camino ahora nos lleva a las playas del Sur con “Corazón fugitivo”, el hit rutero que nos dejó “Pesados Vestigios”. A continuación, suben al escenario “Las cucarachas de bronce”, la banda de vientos comandada por Manu Varela. Suena “Flecha en la clave”, las pantallas se prenden fuego y el techo del Estadio Único se llena de flechas luminosas, regalándonos una puesta en escena de aquellas. “Este es un tema de hace mucho pero volvió a ser actual, ¿saben por qué?” se pregunta Chizzo antes de “Vende patria clon”. La gente contesta cantando una vez terminado el tema “La Patria no se vende”. Por si a alguno le quedaban ganas de separar el rock de la política.

Unos minutitos de descanso mientras los asistentes acomodan la batería del Tanque y continuamos con “Canibalismo galáctico”, seguido de “El rey de la triste felicidad” y “El rito de los corazones sangrando”.

Una de las perlitas de la noche fue sin dudas “Cuando estés acá”, tema dedicado a Lihuel Iglesias, hijo de Tete, que no sonaba hace muchísimos años. Le siguió una gran reversión de “Montaña roja”, el clásico de TruenoTierra que reeditaron en la película. El techo del Diego Armando Maradona se vuelve a iluminar, esta vez con elefantes moviendosé de un lado hacia el otro para que suene “Elefantes pogueando”, tema dedicado a los fanáticos de la banda. Chizzo nos aconseja no dejar pasar la vida en “Oportunidad oportuna” y acto seguido se viene el último estreno de la noche “En la banquina de algún lado”. Nuevamente las pantallas se nutren de paisajes del interior de nuestro hermoso país. Le siguen una triplete de clásicos a puro pogo “El viento que todo empuja”, “Oscuro diamante” y “La razón que te demora”, momento en que la banda se despide como si fuese el final del show.

Unos minutos de intervalo, que sirven para buscar a aquel amigo perdido en el pogo, para refrescarse un poco o para tomar aire. La banda vuelve al escenario y se sube el primer y único invitado de la noche: Nacho Smilari, pionero de nuestro querido rock nacional para realizar un sentido homenaje a Javier Martinez, baterista de Manal fallecido ese mismo sábado. Suena “No Pibe”, clásico de la histórica banda. Nacho no se baja del escenario y a puro punteo se luce en “Panic show”, al que le sigue “Desnudo para siempre”. Para ir cerrando, un clásico de clásicos que cualquier persona que aprecie la música debería ver en vivo: “El final es en dónde partí”. Para cerrar una gran noche, luego de casi 3 horas de show, se despidieron como siempre, como les gusta: “Hablando de la libertad”.

La salida transcurrió de manera fluida, y el estadio se despejó sin inconvenientes. La Renga demostró – una vez – una organización muy a la altura. Como lo vienen demostrando desde hace más de 25 años llenando estadios en cualquier rincón del país.

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